Otro punto de vista

Persecución comunista

En la actualidad, Bielorrusia es el único país europeo donde los cristianos siguen teniendo algunas limitaciones a la hora de profesar su fe [1].

Durante el Nazismo miles de judíos fueron perseguidos, torturados y asesinados;  y en algunos países como Rumania, donde esta ideología adopto tintes de una dictadura ultra-ortodoxa, existió también una persecución contra los protestantes [2]. Tras el fin de Segunda Guerra Mundial, el anhelo de una paz duradera hacia presagiar que finalmente se lograría una auténtica tranquilidad en todos los aspectos. Sin embargo esta sensación no podía distar más de la realidad que se aproximaba: el dominio comunista

Lenin escribió: “Toda idea religiosa, toda idea de Dios, el mero entusiasmo ante la idea de Dios, es una vileza indescriptible y peligrosa; es un contagio abominable. Millones de pecados, hechos inmundos, actos de violencia y contagio físico, son menos peligrosos que la sutil y espiritual idea de un Dios”[3]. Esta declaración del líder comunista, donde queda marcado el profundo ateísmo de la doctrina que defendía,   explica la ferviente persecución del cristianismo.

Tras el triunfo del Comunismo en Rusia, algunos dirigentes cristianos de las iglesias locales empezaron a afiliarse al partido comunista y a la Policía Secreta, adoptando el papel de espías dentro de sus congregaciones. Esto cierta desconfianza entre algunos creyentes, que veían como el enemigo se les instalaba en casa. Estos espías del gobierno denunciaban a todo aquel que demostrara ser un cristiano ferviente y se negará a integrarse en las filas del partido [4]. Los pastores de las iglesias que no caían en los juegos de seducción del Comunismo y se negaban a ser espías del gobierno, eran arrestados [5] y sus iglesias clausuradas [6]. Aunque en ocasiones, la iglesia seguía abierta, pero el Gobierno ponía a sus propios dirigentes. Estos eran impuestos a los cristianos, que se veían obligados a aceptarlos [7], aun sabiendo lo que esto significaba.

A parte de esta situación interna, en todas las ciudades existía un representante del gobierno para controlar los cultos. Éste no era sino un miembro de la Policía Secreta Comunista con derecho de llamar a cualquier pastor o sacerdote, para preguntarle quiénes han asistido a la iglesia, quién comulga frecuentemente, quién es más ferviente, lo que la gente dice en sus confesiones, etc. [6] Si alguno de los dirigentes se negaba a responder a las preguntas del representante, era “despedido” y el partido elegía a su sucesor. En el caso de que nadie pudiera remplazarle, aunque esto no ocurría casi nunca, la iglesia simplemente era clausurada [8]. Todo acaba teniendo el mismo fin.

Si los cristianos rusos habían sido los primeros en formar la Iglesia Subterránea tras la victoria del partido bolchevique de Lenin, todo este clima de desconfianza y miedo generado por la ascensión del poder del comunismo y la traición de tantos dirigentes de la Iglesia Oficial [9], hicieron que los cristianos rumanos siguieran sus pasos [10].

La Policía Secreta persiguió mucho a la Iglesia Subterránea, porque reconocía que ésta era la única resistencia efectiva que quedaba, que si no era combatida terminaría por socavar el poder ateo del Comunismo [11].

Los miembros de la Iglesia Subterránea descubiertos por el Gobierno eran automáticamente encarcelados [12]. Por ello, las cárceles estaban repletas, y esto en los países comunistas como Rumanía significaba ser torturado [13].

La crueldad de estas torturas era inimaginable. Prueba de ello es que no tenían ningún reparo en golpear a un niño delante de su padre, si éste tras haber sido torturado con hierros y cuchillos al rojo vivo u obligado a permanecer despierto por la presencia de ratas hambrientas en su celda, no les había dado la respuesta que buscaban [14].

Esto ocurría en Rumania. En la China de Mao Tse Tung a los cristianos que se negaban a renunciar a su fe se les cortaba  la lengua, las orejas y las piernas [15].

La represión contra los cristianos no fue una realidad en la República Popular China hasta la llegada al poder del dictador en 1949, puesto que antes la población gozaba de libertad religiosa. Con la “Liberación” se abolieron las reuniones callejeras en China. Los misioneros cristianos occidentales estaban mal vistos y las limitaciones impuestas a los creyentes eran cada vez mayores. Se obligó a las iglesias de Beijing a acatar una nueva ley, según la cual debían registrarse ante el “Triple Movimiento Patriótico”. El Gobierno pretendía así que las iglesias se convirtieran en sus instrumentos, conducidas por el partido comunista y la RAB. Ante la negativa de los pastores, estos fueron encarcelados y acusados de contrarrevolucionarios, dejando a sus esposas e hijos sin medio alguno de subsistencia. Por esta razón, estas mujeres se vieron obligadas a trabajar largas jornadas para intentar llevar un jornal a casa que muchas veces era insuficiente, dejando desatendidos a los niños que habían quedado a su cargo. Otro estigma de ser considerado un contrarrevolucionario era que los familiares o amigos de estas mujeres no se atrevían ni siquiera a visitarlas [16].

Algunos de estos pastores permanecieron en prisión durante más de veintidós años [16], durante los cuales sus esposas soportaron una interminable discriminación y humillación [17].

La situación sufrida, no obstante, iría a peor. Cuando comenzó la Revolución Cultural en 1966, los jóvenes revolucionarios exigieron que los miembros de familias cristianas fuesen removidos de su puesto laboral, obligándolos a trabajar en los campos.

Durante esta época las mujeres de los “contrarrevolucionarios” fueron víctimas de una doble opresión, puesto que a la situación difícil que ya soportaban se añadió la incitación que el Gobierno les hacía a través de sus propios familiares y amigos de que se divorciaran de sus esposos y se casarán con “fieles” comunistas [18].

Los presos cristianos no sólo debían preocuparse de su propia supervivencia en las cárceles comunistas, sino también de lo que estaría pasando con sus familias durante su ausencia. En los países comunistas, los familiares de estos vivían prácticamente al borde de la muerte por inanición, ya que ayudarles suponía un delito contra el Estado [19].

[1] World Watch List, January 2010 – Focus of the Top Ten, pp. 3 // http://www.puertasabiertas.org – Puertas Abiertas España

[2] Rvdo. Richard Wurmbrand - Torturado por  Cristo. pp 11

[3] Rvdo. Richard Wurmbrand - Torturado por  Cristo. pp 81-82

[4] Rvdo. Richard Wurmbrand - Torturado por  Cristo. pp 15 y 22

[5] Rvdo. Richard Wurmbrand - Torturado por  Cristo. pp 29

[6] Rvdo. Richard Wurmbrand - Torturado por  Cristo. pp 80

[7] Rvdo. Richard Wurmbrand - Torturado por  Cristo. pp 15

[8] Rvdo. Richard Wurmbrand - Torturado por  Cristo. pp 81

[9] Era aquella que estaba permitida por el Gobierno, debido a la seguridad que los espías presentes en ella, daban al partido en cuanto al poder que ejercía sobre ésta.

[10] Rvdo. Richard Wurmbrand - Torturado por  Cristo. pp 16

[11] Rvdo. Richard Wurmbrand - Torturado por  Cristo. pp 32

[12] Rvdo. Richard Wurmbrand - Torturado por  Cristo. pp 33

[13] Rvdo. Richard Wurmbrand - Torturado por  Cristo. pp 35

[14] Rvdo. Richard Wurmbrand - Torturado por  Cristo. pp 36

[15] Rvdo. Richard Wurmbrand - Torturado por  Cristo. pp 71

[16] Anneke Companjen – Dolor oculto, gozo permanente. pp 51-53

[17] Anneke Companjen – Dolor oculto, gozo permanente. pp 56

[18] Anneke Companjen – Dolor oculto, gozo permanente. pp 58-60

[19] Rvdo. Richard Wurmbrand - Torturado por  Cristo. pp 52